Guadalupe, cuna de la patrona
Guadalupe, cuna de la patrona
Situada en la comarca de Las Villuercas, la puebla siempre fue tierra de artesanos y peregrinos, y hoy lo es también de turistas. Su monasterio, declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad, es símbolo de importantes acontecimientos de la historia de España
Peregrinos y visitantes beben junto a la impresionante fachada del Real Monasterio. EL PERIODICO (06/06/2003)
Peregrinos y visitantes beben junto a la impresionante fachada del Real Monasterio. EL PERIODICO
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Estamos en la puebla, cuna de la fe de naciones enteras. Morada de la Virgen de Guadalupe, patrona de la Hispanidad y patrona de Extremadura, cobijada en el Real Monasterio de Guadalupe, Patrimonio de la Humanidad, que guarda muchos de los tesoros que han marcado y marcan el pensamiento, la cultura y la religión de muchos pueblos. Lo testimonian los miles de peregrinos que desde hace siglos llegan a este rincón extremeño.
Situada en la comarca de Las Villuercas, sobre la cara sur de la Sierra de Altamira, su villa es un ejemplo de la arquitectura bajomedieval: típicos entramados de maderas y adobes, soportales que recorren las calles, arcos, plazas y fuentes que evocan parajes medievales con construcciones que se adaptan a lo abrupto del terreno y que realzan su belleza.
Todos estos elementos llevaron a la Unesco a declarar al monasterio, en el año 1993, como Patrimonio de la Humanidad, por el interés del real edificio como símbolo de los acontecimientos importantes de la historia de España durante el descubrimiento de América en 1492, que convirtió a la Virgen de Guadalupe en el símbolo representativo de la cristianización del Nuevo Mundo.
ARTE Y TRADICION
El Monasterio encierra grandes tesoros artísticos, como la basílica, los sepulcros, la propia imagen de la Virgen, sus pinturas y cuadros (entre los que destacan varios de El Greco), el retablo mayor, la sillería del coro, los museos que albergan exquisitas colecciones de arte religioso, el claustro mudéjar, las esculturas góticas, la sala capitular, el claustro gótico, la capilla de las reliquias, la sacristía y el camarín.
Y no es la única obra de interés, ya que existen otras en los alrededores, como la ermita del Humilladero o las de Granja de Valdefuentes y Granja de Mirabel. Pero sigue siendo una de las asignaturas pendientes de la comunidad extremeña, ya que Guadalupe, y todos sus tesoros, pertenecen a la diócesis de Toledo.
Siempre ha sido tierra de peregrinos, y ahora también de turistas. En toda Las Villuercas el turismo se encuentra en plena expansión. Guadalupe cuenta con mucha experiencia en ello, gracias a una completa oferta: Parador Nacional, hospedería del Monasterio, hostales y hoteles a los que añadir una oferta rural de establecimientos con mucha calidad.
Pero es, además, tierra de artesanos. En cada casa extremeña ha lucido siempre alguno de los utensilios de cobre y latón fabricados en Guadalupe. No menos famosos son sus bordados, casi siempre en almohadilla y de hilo, que han conseguido crear escuela en la región. Añadir la cerámica, y sobre todo, la madera, una ancestral tradición que todavía conservan algunos artesanos.