sábado, 23 de julio de 2005

La ruta del infierno


La ruta del infierno
Las llamas llegaron a 200 metros de Castañar Mil vecinos de Navalvillar de Ibor fueron evacuados Un retén de 25 hombres quedó atrapado entre el fuego en Cañamero
D. GONZALEZ (22/07/2005)
Helicópteros Medios aéreos ayer durante la extinción del incendio en Cañamero.Foto:MANUEL F. COSME / JOANA PABLOS Perspectiva Vista de Las Villuercas.Foto:MANUEL F. COSME / JOANA PABLOS
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El primer municipio afectado por los incendios fue Cañamero. La proximidad de las llamas, el fuerte viento y el intenso humo obligaron a desplazar a parte de la población desde una zona alta de la localidad a otra. Todo había empezado poco antes de las dos de la tarde y el fuego iniciaba una ruta infernal que llevaría la preocupación y el miedo a numerosas poblaciones.
Los focos fueron surgiendo a lo largo de la tarde y la primera situación de tensión se vivía pasadas las 19.30 horas, cuando se iniciaban los preparativos para evacuar Castañar de Ibor y trasladar a sus vecinos hasta Navalmoral de la Mata, a 38 kilómetros. A esa hora el fuego avanzaba rápidamente y estaba a poco más de un kilómetro del municipio, tras haber saltado el río Ibor.
La sequía que padece la región casi ha secado el Ibor, por lo que los helicópteros tenían que coger agua de la piscina del cámping cercano, cuyos residentes también estaban pendientes de las llamas. La teniente de alcalde de Castañar, Ana Irala, aseguraba a este diario que acababa de recibir una llamada para que todos los vecinos estuvieran atentos a una orden y se dirigieran rápidamente hacia la carretera para ser recogidos por diez autobuses. En Castañar de Ibor había ayer cerca de 1.400 personas.
Irala manifestaba poco antes de las 20.00 horas que era imposible respirar debido a la cantidad de humo que inundaba el municipio y mostraba su preocupación por la población mayor y las dificultades para su traslado.
El fuego llegó a estar a 200 metros del pueblo, quemando algunos coches de fincas cercanas, pero el viento cambió de dirección, por lo que el peligro se redujo. "Yo seré la última en abandonar el pueblo, hasta que no se hallan marchado todos no me iré, porque tengo la megafonía y soy la responsable de avisar a todos los vecinos", repetía Ana emocionada.
Mientras tanto, conductores de ambulancias y autobuses, sanitarios y efectivos del ejército permanecían atentos a los demás municipios.
Las líneas telefónicas estaban cortadas o colapsadas en los pueblos afectados y muchos de los que residen en fincas no podían contactar con la Guardia Civil o con los ayuntamientos para conocer cuál era la situación. Era el caso de Santiago Torrejón, que se encontraba en una finca ganadera próxima a Alía. "No sabemos qué ocurre realmente, pero desde aquí vemos tres focos, uno entre Cañamero y Guadalupe, otro entre Alía y Valdecaballeros y otro por Castañar", aseguraba a las 21.15 horas.
Para entonces la localidad de Cañamero ya no corría peligro, manifestaban fuentes de Cruz Roja a la agencia Efe, aunque señalaban que un retén forestal compuesto por 25 personas estaba atrapado a varios kilómetros del pueblo a causa del incendio. No obstante, desde la ONG insistían en que sus componentes no estaban en peligro y permanecían en todo momento comunicados con los efectivos de emergencia.
El viento cambiaba y las llamas se dirigían a Navalvillar de Ibor. A las 21.45 horas la Administración regional tomaba la decisión de evacuar el pueblo y trasladar al millar de habitantes a Navalmoral. Y el fuego continuaba su ruta...