Turismo ornitológico
Turismo ornitológico (08/07/05)
Extremadura es una de las regiones del mundo con mayor valor ornitológico. En la región extremeña habitan, por ejemplo, unas 500 parejas de buitre negro que representan el 50% de la población europea, así como 130 parejas de águila real y 93 de águila perdicera, constituyendo cada una el 10% de la población española de estas especies. Destacan también la cigüeña negra (190 parejas, el 50% de la población española) o la avutarda (5.000 aves en invernada y más de 3.000 reproductores).
Si tenemos en cuenta que España es uno de los países europeos con más diversidad de avifauna (de las 514 especies de aves presentes regularmente en Europa, 250 nidifican en nuestro país y un centenar más utilizan su territorio como zona de paso o invernada), Extremadura es, con gran diferencia, la región con mayor porcentaje de superficie cubierta por Áreas Importantes para las Aves (IBA’s). Además, cuenta con la declaración de 69 zonas ZEPA (Zonas de Especial Protección de Aves). Por todo ello no es de extrañar que Extremadura sea uno de los puntos más visitados a nivel europeo por turistas ornitológicos, fundamentalmente ingleses, alemanes, holandeses y suecos.
¿En qué consiste el “turismo ornitológico”?
Aunque requiere cierto grado de profesionalidad, hacer turismo ornitológico consiste, según Nacho Fernández, biólogo de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente, en salir al campo y observar aves. Un telescopio, unos prismáticos, una cámara digital que se pueda acoplar al telescopio, una guía de aves y cierto conocimiento del área que se va a visitar constituyen el equipo básico. En cuanto al perfil del turista amante de las aves que visita nuestra región, el biólogo de la consejería apunta que se trata de una persona de edad madura, de nivel adquisitivo medio, de nacionalidad extranjera y, sobre todo, respetuoso con el medio ambiente. “Hay que evitar interferir en el comportamiento de las aves y observar siempre a distancia”, añade Fernández.
Existen dos técnicas para observar aves. O bien se acude a algún lugar donde hay una alta probabilidad de ver aves o bien se puede optar por recorrer diferentes itinerarios. Tanto el canto de las aves como su comportamiento son objeto de interés. Para el biólogo, “lo más representativo son los cortejos nupciales, aunque los comportamientos gregarios, es decir, de grandes grupos, como las concentraciones de grullas en invierno, son también impresionantes”.
Lugares recomendados de Extremadura
Según Nacho Fernández, “cualquier zona de la Red de Espacios Naturales Protegidos de Extremadura o de la Red Natura 2000 constituye un lugar idóneo para practicar el turismo ornitológico. No obstante, haciendo una clasificación por hábitats, encontramos, dentro de las zonas estepáricas, perfectas para ver por ejemplo avutardas y sisones, La Serena, los Llanos de Cáceres y los Llanos de Brozas. Entre las zonas de dehesa y bosque mediterráneo donde habitan, entre otros, el águila imperial y la cigüeña negra, destacan las Dehesas de Jerez, la Sierra de San Pedro y Monfragüe. Y, por último, como zonas húmedas reseñaríamos el Embalse de Sierra Brava y Moheda Alta, sitios idóneos para encontrar anátidas y grullas”.
Para Francis Prieto, gran aficionado a las aves a quien Félix Rodríguez de la Fuente cautivó cuando sólo tenía 15 años, el futuro Parque Natural del Río Tajo es el lugar idóneo. Este joven extremeño lleva siguiendo a la espátula, una zancuda de la familia de las cigüeñas, desde el año noventa, momento en que se observó por primera vez de forma regular a este ave migratoria por tierras extremeñas.
En cuanto a la época del año, todo depende de la especie que se desee ver. Así, hay cuatro categorías de aves: las estivales, como el cernícalo, que llegan en primavera y se van en agosto; las sedentarias, como el buitre negro, que están en Extremadura todo el año; las invernantes, como la grulla, que están aquí en el período invernal; y las de paso migratorio que cruzan Europa.
Conscientes de la riqueza ornitológica de la región, la Junta de Extremadura ha instalado observatorios de aves en lugares como Cornalvo, el río Guadiana a su paso por Mérida, Aljucén, Barruecos y Mongragüe. Además, algunos centros de interpretación de la naturaleza cuentan con monitores conectados a cámaras de vídeo situadas en lugares estratégicos que captan imágenes de diferentes especies, por ejemplo, en sus nidos. Concretamente, Nacho Fernández destaca el Centro de Interpretación de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente de Moheda Alta dedicado a la grulla y a la dehesa. Junto a él se levantan una serie de torretas, propiedad del Ayuntamiento de Navalvillar de Pela, desde donde se puede observar diariamente la espectacular imagen de la mayor concentración de grullas de Europa, unas 25.000, acudiendo a sus dormideros.
Un turismo con futuro
Aunque estamos hablando de un turismo minoritario todavía, las perspectivas de futuro son prometedoras. “La gente busca más cosas aparte del turismo de piedra. Además, cada vez hay una mayor sensibilización con el medio ambiente. El turismo ornitológico es por tanto un campo emergente que constituye un gran yacimiento de empleo. Por todo ello hacen falta empresas extremeñas que tengan iniciativa y que sepan adaptarse a las necesidades de los clientes”, subraya Nacho Fernández y cita como ejemplo las diferentes costumbres culinarias de los europeos que nos visitan. “Las casas rurales especializadas en ornitología son un negocio seguro”, añade.
Por último, el biólogo recomienda a todo aquél que quiera iniciarse en el mundo de las aves que acuda a asociaciones o, simplemente, que salga al campo provisto, eso sí, de unos prismáticos y una guía “para saber lo que se ha visto”.
Libro recomendado: “Dónde ver aves y naturaleza en Extremadura” de Arturo López Gallego.
Belén Caro García
Web Agralia
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