Villuerclaje aprovecha el reciclaje para crear empleo femenino en el mundo rural
Villuerclaje aprovecha el reciclaje para crear empleo femenino en el mundo rural
Los contenedores de residuos azules y amarillos se han convertido en una fuente de empleo femenino en la localidad de Logrosán gracias al papel que desempeña la cooperativa Villuerclaje.
En poco más de un año de vida esta organización ha conseguido emplear con contrato indefinido a 16 mujeres que se encargan de recoger manualmente las bolsas de los contenedores amarillos y el papel y cartón de los azules. Su campo de actuación abarca poblaciones de las Villuercas y Miajadas (incluidas sus dos pedanías).
Una vez que se recoge el material las trabajadoras los seleccionan en una planta de tratamiento y lo venden las empresas de reciclaje.
La idea partió de Isabel Villa Naharro, una joven de 35 años de Logrosán que ha visto como poco a poco su proyecto se ha ido transformando en realidad. Como Presidenta de la Asociación por la formación y el empleo de mujeres en el ámbito rural ( FEMAR) lucha por conseguir yacimientos de empleos a las mujeres rurales.
Villuerclaje aspira a que en un futuro pueda transformar la materia prima que recoge de los contenedores y vender productos reciclados transformados. Un proyecto para el que han acudido al GIJ.
Según explica Isabel Villa, en la venta de papel y cartón apenas se consigue rendimiento económico, por eso quieren dejar de venderlo para transformarlo en briquetas caloríficas y relleno para embalaje. Las briquetas son una especie de ladrillos de papel elaborados a partir del cartón y periódico prensado que se utiliza como biocombustible en estufas. Un sustitutivo de la leña que goza de gran aceptación debido a su poder calorífico.
En estos momentos están desarrollando un plan de empresa que estudie la viabilidad de este producto, que ya se vende con éxito en otros paises de Europa. Si las previsiones se cumplen Isabel estima que se conseguirá emplear a más gente ya que pasarían a convertirse en una cooperativa transformadora.
Además de cartón, envases de plástico, cartuchos de impresora, vidrio y sacos de pienso, las trabajadoras de Villuerclaje también se dedican a reciclar el aceite vegetal que recogen de los establecimientos hosteleros. Este aceite lo convierten en pastillas de jabón que venden en una tienda de productos extremeños que también regentan.
Esta cooperativa no renuncia a ningún sector, por eso se ejercen también como empresa de servicios de limpieza en edificios públicos y privados.
Más que una sociedad económica se ha convertido en una institución que asume de forma voluntaria una misión social en el mundo rural. Muchas mujeres encuentran en esta cooperativa su primera oportunidad laboral. Una oportunidad que nace de la colaboración ciudadana con el reciclaje.
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