martes, 5 de septiembre de 2006

La morenita más guapa del lugar

El municipio de Guadalupe, en la Comarca de las Villuercas, destaca poderosamente por una sencilla pero importante razón: en sus tierras, en la sierra homónima se encuentra el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, patrimonio cultural de la humanidad.

La localidad y sus alrededores tienen otros edificios notables como la Ermita del Humilladero o la Ermita de San Blas, aunque el conjunto monástico es tan extraordinario y bello que es difícil para el viajero, casi imposible, sustraerse de su encanto.
Este monasterio es un relevante lugar de peregrinación mundial, sin dejar de ser monumento arquitectónico de notable interés artístico e histórico. Este monasterio guarda importantes tesoros de valor incalculable como museo de libros miniados, bordados, relicarios, obras pictóricas del artista extremeño Zurbarán, El Greco, la orfebrería. De estilo gótico es el propio templo, obra del siglo XV; el coro y la sillería son obras de Manuel de Larra Churriguera, de mediados del siglo XVIII; la reja del presbiterio es de estilo gótico-renacentista y en estilo clasicista se puede observar el magnífico retablo mayor.

La imagen de la Virgen Nuestra Señora de Guadalupe es del siglo XII al XIII. En la sacristía, construida en el siglo XVII, se guardan ocho brillantes obras del pintor de Fuente de Cantos Francisco Zurbarán. De Luca Giordano son las fantásticas pinturas en el camarín y magnífico es el sepulcro de Fray Gonzalo de Illescas, realizado por Egas Cueman.

En torno al monasterio, que se alza en el centro de la población, se apiñan las calles y plazas más antiguas y pintorescas de la localidad. Se caracterizan por balcones volados de madera, apoyados sobre pilares, crean una caprichosa hilera de soportales, cuajados de flores y plantas, que sombrean el paseo del viajero por sus típicas calles, y se abren en torno a recoletas plazas con su imprescindible fuente en el centro.

Dentro de la Puebla llama la atención el antiguo Colegio de Infantes o de Gramática de estilo mudéjar, convertido en Parador de Turismo, así como las muestras magníficas de arquitectura popular de algunas de sus calles. De interés para el viajero también resulta la visita al Palacio Granja de Mirabel, el Acueducto y el Pico de las Villuercas, todos ellos muy cercanos a Guadalupe.
TAMBIÉN NATURALEZA
Si el viajero se decanta por hacer turismo rural, Guadalupe ofrece la posibilidad de dos rutas principales, como son la ruta de Guadalupe a Cañamero, que está muy concurrida ,y la de Guadalupe a Navezuelas.
El viajero puede quedarse a dormir en Guadalupe, pues aunque es un pueblo pequeño, posee unas 600 plazas hoteleras, un porcentaje muy importante. Para que el viajero pueda colmar su necesidad de comer, puede hacerlo en cualquiera de los muchos restaurantes que están esperando alrededor de la plaza, enfrente del Monasterio de Guadalupe. Destacan la morcilla de berza, la caldereta, las migas, los asados, el cordero o el cabrito, platos deliciosos.

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