jueves, 10 de mayo de 2007

¿Peligra la costa interior?

Un tercio del territorio de Extremadura es espacio protegido. En esta legislatura se ha logrado además convertir Monfragüe en Parque Nacional. Pero la principal organización ecologista de Extremadura, Adenex, alerta de que los desastres urbanísticos empiezan a llegar a una región que, en parte gracias a una ínfima densidad de población, mantiene enormes espacios naturales.

"Somos un millón de habitantes y tenemos las dos provincias más grandes de España", dice José Jarones, presidente de la Cámara de Comercio de Cáceres. Extremadura no tiene mar, pero sí pantanos, la costa interior. La batalla ecologista se centra en estos momentos en un proyecto urbanístico en el embalse de Valdecañas, en la ruta de los Ibores, cerca de Navalmoral de la Mata.
Se trata de un espectacular embalse del río Tajo, con una isla en el medio, en donde se va a construir un campo de golf, un hotel, un balneario, playas artificiales, áreas comerciales y una urbanización de 300 chalés.
El lugar, además de su valor paisajístico, es una Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) y está incluido en la Red Natura 2000 de la UE. "Como este, hay otros 10 proyectos en la región", asegura José María González, presidente de Adenex.

"No nos oponemos al crecimiento", aclara González. "Es verdad que sin crecimiento urbano en los pueblos Extremadura echaría el cierre. Pero se debe contar con la población. Se debe crecer cerca del casco urbano y nunca en una dimensión tal que se coma al propio pueblo", como en Valdecañas

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