Extremadura tiene 750 jueces de paz titulares y sustitutos
«Son un eslabón importante en la labor de la justicia», afirma el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Julio Márquez de Prado, en la inauguración de las jornadas de formación del año 2007
«Son la base de la pirámide judicial. Son un eslabón importante en la labor de la Justicia», comentó Julio Márquez de Prado, presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Extremadura al inaugurar ayer por la mañana las jornadas de formación del año 2007 dirigidas a los jueces de paz de Extremadura. Organizadas por el Consejo General del Poder Judicial con la colaboración del TSJ de Extremadura, anualmente se ofrecen cuatro cursos para actualizar los conocimientos de los 750 jueces de paz titulares y sustitutos de Extremadura.
«Son la base de la pirámide judicial. Son un eslabón importante en la labor de la Justicia», comentó Julio Márquez de Prado, presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Extremadura al inaugurar ayer por la mañana las jornadas de formación del año 2007 dirigidas a los jueces de paz de Extremadura. Organizadas por el Consejo General del Poder Judicial con la colaboración del TSJ de Extremadura, anualmente se ofrecen cuatro cursos para actualizar los conocimientos de los 750 jueces de paz titulares y sustitutos de Extremadura.
Ellos resuelven asuntos de reclamación de escasa cuantía, conocen de infracciones penales leves, realizan actos de conciliación y llevan el registro civil, entre otras funciones. «Lo más importante -comenta Julio Márquez de Prado-, es que tengan sentido común y unos mínimos conocimientos jurídicos para desarrollar eficazmente su función. Nosotros somos conscientes de la importancia que tienen, y por eso el Consejo organiza estas jornadas para tener un apoyo técnico y mejorar sus conocimientos».«Por amor a la justicia»
Entre los asistentes se encontraban Donato Martín Martín, juez de Garvín de la Jara, y Marcelino Arroyo León, de Peraleda de San Román, que llevan 12 años administrando justicia en sus pueblos. «Nosotros somos la máxima autoridad judicial en el pueblo. El dinero que nos dan más que nada es algo simbólico, se puede decir que nosotros hacemos nuestro trabajo por amor a la justicia», explica Donato Martín. Marcelino Arroyo cuenta que tienen la ayuda de la agrupación judicial, «en la Agrupación hay abogados que saben más que nosotros y ellos nos ayudan mucho».Maricarmen Castaño Acedo, que lleva cuatro años siendo la jueza de paz de Hornachos, afirma que la experiencia la valora como buena. Dice que en los pueblos se respeta a los jueces de paz y se muestra satisfecha con las jornadas técnicas que reciben, «son positivas porque se conoce a otros jueces de paz, y siempre se aprenden cosas nuevas».
No hay comentarios:
Publicar un comentario