martes, 8 de mayo de 2007

Quesos cacereños, de moda en Cataluña

Los domingos leo siempre el artículo que Joan de Sagarra publica en La Vanguardia. Es una página titulada La Terraza, donde cuenta los avatares de su semana. Como Joan de Sagarra es un sibarita de los libros, la comida y los viajes, leerlo te reconcilia con la vida y sus placeres. A este señor, hijo del poeta y dramaturgo Josep María de Sagarra, le gustan las mismas ciudades que a mí: Barcelona, París, Trieste, Venecia, Nápoles... Continuamente se da una vuelta por ellas y narra en su artículo dominical las últimas novedades de Montparnasse o el Lido.

La semana pasada, Joan de Sagarra comió con José Montilla, Presidente de la Generalitat, en el restaurante Casa dels Canonges. Tomaron berenjenas rellenas, pintada al horno y 'taronja (naranja) amb moscatell', pero confiesa que echó de menos el plato de quesos que tomaba antes del postre cuando comía allí con Josep Tarradellas. Y entre los quesos, uno de sus favoritos es la torta del Casar. Que nuestra torta sea nombrada como manjar exquisito por Sagarra no es ninguna nadería, sino la confirmación de que está sólidamente inscrita en la memoria golosa de los gourmets más acreditados. Hace dos semanas, Sagarra ensalzaba también en su columna el queso de cabra cacereño.

En nuestra provincia tenemos los mejores quesos de cabra y de oveja de España, o sea, del mundo. Un periplo por Acehúche, los Ibores, la Vera y Casar te deja asombrado y la feria del queso de Trujillo certifica cada año nuestro poderío. Si le sumamos la exquisitez del queso de la Serena, ya es el acabóse.

Días atrás visité la quesería El Jardín de Castuera y pude conocer in situ cómo 400.000 ovejas pastando en 300.000 hectáreas acaban produciendo dos millones de kilos de queso en 15 queserías con Denominación de Origen. Y qué decir del milagro quesero obrado por las 27.000 cabras de los Ibores. Sagarra cuenta en su columna que comió pintada al horno. ¿Sería francesa o sería extremeña? Sí, porque también aquí tenemos pintadas autóctonas, las crían en Azuaga, están a la espera de la Denominación de Origen y se pueden tomar en el restaurante La Dehesa, que dirige Antonio Naranjo en el mismo Azuaga.

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